Mantén el orden y la limpieza: Antes, durante y después de cada experimento, asegúrate de que tu puesto de trabajo esté limpio y ordenado. No dejes materiales o instrumentos fuera de su lugar.
Usa equipo de protección individual (EPI): Es obligatorio usar bata de laboratorio, gafas de seguridad y guantes cuando el profesor lo indique. Esto te protegerá de salpicaduras y otros posibles accidentes.
No comas, bebas ni fumes: Está totalmente prohibido ingerir alimentos, beber líquidos o fumar dentro del laboratorio. Los productos químicos pueden contaminar la comida y su ingestión accidental podría ser muy peligrosa.
Conoce los protocolos de seguridad: Antes de empezar cualquier práctica, escucha atentamente las instrucciones del profesor. Familiarízate con la ubicación del extintor, la ducha de seguridad, el botiquín y el lavaojos.
Manipula los productos químicos con cuidado: Lee siempre las etiquetas de los reactivos. No los huelas directamente, no los pruebes y evita el contacto directo con la piel.
Calienta los líquidos de forma segura: Cuando calientes un tubo de ensayo, hazlo en un ángulo que apunte hacia una zona sin personas y nunca lo dirijas hacia ti o hacia un compañero.
Deshazte de los residuos correctamente: Sigue las indicaciones del profesor para desechar los residuos químicos. No tires nada por el fregadero a menos que esté permitido. Utiliza los contenedores específicos para cada tipo de residuo.
Informa de cualquier accidente: Si ocurre un derrame, una rotura de material o un corte, por pequeño que sea, avisa inmediatamente al profesor. No intentes solucionarlo por tu cuenta.
No improvises: Realiza solo los experimentos autorizados y sigue las instrucciones dadas. No mezcles sustancias "por curiosidad" ni realices procedimientos no indicados en la guía de la práctica.
Actúa con responsabilidad: La seguridad del laboratorio es responsabilidad de todos. Un comportamiento prudente, respetuoso y atento es fundamental para evitar accidentes y asegurar un entorno de aprendizaje seguro para todos.
